Entre aguinaldo, bonos, picos de ventas y otros factores propios de la temporada, el cierre de año puede ser un momento complejo en términos financieros para las empresas. En estas fechas, uno de los retos más significativos es tener la capacidad financiera para cumplir con obligaciones inmediatas.

El financiamiento ayuda a liberar esta carga, sin embargo, una vez más las empresas pequeñas y medianas encuentran complicaciones: la falta de acceso —según la Encuesta Global sobre Financiamiento al Comercio de la Cámara Internacional de Comercio (ICC), hasta 58% de las solicitudes de crédito las Pymes son rechazadas por los bancos—, así como la solicitud de colaterales en garantía, entre otros factores que extienden el periodo de aprobación y aumentan el riesgo de no obtener dicho capital de trabajo a tiempo.

Sin embargo, esto no quiere decir que los negocios deban descartar las opciones para financiarse o que no existan alternativas para tener liquidez rápidamente.

El factoraje representa un gran aliado para las empresas durante momentos donde el flujo de efectivo es vital, ya que es un esquema eficiente en el que únicamente financias por un monto y periodo definidos”, explicó Edmundo Montaño, director de Drip Capital México.

“Debido a que convierte las cuentas por cobrar en dinero, puedes vender a crédito a tus clientes en periodos de varios meses con la ventaja de que tienes acceso casi inmediato al dinero de dicha transacción. Esto se traduce en liquidez para cubrir todos tus gastos operativos inmediatos o hacerte cargo de compromisos como la nómina y el aguinaldo”, agregó.

Con base en la experiencia de clientes de la fintech especializada en financiamiento, esta modalidad no solo se limita a eventualidades de corto plazo, sino que significa un recurso para prepararse mejor.

“En un periodo promedio de tres meses de financiamiento, hasta 90% de las empresas bajo este esquema de financiamiento cubren la totalidad de sus facturas correspondientes a gastos operativos. De esta forma, pueden mantener sus créditos con otras instituciones financieras —como bancos o Sofomes—, lo que les permite conservar sus inversiones sin comprometer o complicar sus operaciones”, agregó.