El factoraje impulsado por soluciones de tecnología financiera se está convirtiendo en una tendencia emergente entre el sector empresarial, en especial en este año marcado por una crisis financiera a raíz del COVID-19, asegura un análisis de la fintech Drip Capital México.

De acuerdo con el último reporte de la Evolución del Financiamiento a las Empresas del Banco de México, 7 de cada 10 empresas se financian con sus proveedores y 31.4% utiliza crédito de la banca comercial.

“Sin embargo, simultáneamente, también recurren a otros esquemas y, conforme el sector fintech se consolida en el país, más instituciones bancarias y empresas especializadas en financiamiento internacional ofrecen esta alternativa atractiva, tanto para PyMES como grandes empresas, pues en ambos casos resulta en un esquema __efectivo para financiar capital de trabajo, navegar los retos económicos y poner en marcha planes de crecimiento__”, explicó Edmundo Montaño, director general de Drip Capital México.

Según el directivo, a poco más de dos años de comenzar operaciones en México, la fintech ha visto cómo el factoraje se convierte cada vez más en una opción viable y recomendable. Muestra de ello es que, el financiamiento otorgado por Drip Capital a través de factoraje digital incrementó hasta en un 200% el total del volumen financiado durante el tercer trimestre de este año.

“Además de que el factoraje no representa deuda en los estados financieros y que es un recurso para ofrecer esquemas de pago flexibles para compradores, la ventaja que ha propiciado el crecimiento importante en el mercado radica en el elemento digital detrás del producto de factoraje”, aseveró Montaño.

De acuerdo con el especialista, además de liquidez, el factoraje fintech facilita el acceso a capital en diversos frentes.

En primer instancia, reemplaza largos trámites burocráticos bancarios al automatizar y simplificar procesos de calificación crediticia, análisis de riesgos y de ingreso de solicitudes, pues a través de una plataforma digitalizada las empresas solo deben subir una factura para recibir adelantos de sus ventas por hasta 80% en alrededor de 24 horas.

Asimismo, las empresas pueden destinar el uso de otras fuentes de capital a proyectos de inversión para su crecimiento.

Con esto, el factoraje es una forma más eficiente y menos riesgosa para financiar las operaciones del día a día y contar con un flujo de efectivo saludable para enfrentar compromiso en el plazo inmediato, como pago a proveedores o hasta la nómina de los empleados.

“La evidencia de los anterior es que muchos bancos nacionales e incluso instituciones financieras internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) están impulsando el uso de factoraje como una opción ante la crisis, pues ayuda a agilizar la entrada del efectivo de cuentas por cobrar, en lugar de sobreapalancar a las empresas en un escenario de incertidumbre”, concluyó Montaño.