Qué es el T-MEC y qué implicaciones tiene para las PyMEs

Después de 25 años, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) está por ser reemplazado por el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) y, en el transcurso de los últimos meses, ha sido motivo de debates, especulaciones y muchas dudas entre empresarios de los tres países.

Para las pequeñas y medianas empresas (PyMEs) en México, sus implicaciones son cruciales, pues un tratado de esta naturaleza no solo involucra a grandes compañías trasnacionales. De hecho, de los 450 mil 320 millones de dólares que México exportó en 2018, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), entre el 15% y 20% corresponde a PyMEs, según estima Drip Capital, fintech especializada en financiamiento para exportadores.

En ese sentido, la nueva versión del acuerdo comercial que cambió por completo el comercio internacional en América trae consigo, una vez más, un panorama alentador, así como una serie de retos.

“Si bien aún falta ser ratificado por los otros países y hay información pendiente, en primera instancia, el T-MEC brinda certidumbre de que México seguirá teniendo una sólida relación comercial con Estados Unidos y Canadá, sus dos mercados de exportación más importantes”, aseguró Edmundo Montaño, director general de Drip Capital México.

“La ratificación dará tranquilidad a las empresas para invertir en ellas mismas, comercializar productos de mayor valor agregado, aumentar salarios y contar con personal más capacitado, con el fin de competir a la altura del nuevo acuerdo y crecer captando mercado”, agregó recalcando que México tiene la vocación exportadora, el talento, la cultura y las ganas de aprovechar una oportunidad como esta.

Puntos críticos: industria automotriz y las condiciones laborales

T-MEC y el sector automotriz

Si bien las exportaciones de componentes electrónicos y agroductos como el aguacate tienen un lugar importante en la balanza comercial, en México la principal industria de exportaciones es la automotriz: representa el 25% del total, además de que el bloque Canadá-Estados Unidos recibe el 90% de sus exportaciones.

Uno de los cambios relevantes que impactará a ese ecosistema radica en el origen de la composición de vehículos. Anteriormente, se requería que el 62.5% del vehículo correspondiera a la región; ahora se solicita el 75%. Es decir que existe un 12.5% de composición que necesariamente debe ser realizado en Estados Unidos, México o Canadá, dando la posibilidad de que más y nuevas empresas de América del Norte se sumen.

Con el TLCAN, México desarrolló su industria manufacturera, en especial la automotriz, con la ventaja de contar con bajos costos de mano de obra. Sin embargo, El T-MEC exige que se homologuen los salarios, haciendo que, de cierta forma, México ya no pueda depender de dicho atractivo económico.

Desde el proceso de negociación del T-MEC, Estados Unidos apuesta fuerte para capturar parte de este valor y aumentar su presencia en la industria manufacturera. A esto se suma un ajuste en los términos laborales enfocado en un mejor arbitraje de costos.

“En este escenario, el sector automotriz, así como otras áreas de manufactura y, en general, industriales, requerirá que las empresas creen estrategias para invertir en sus operaciones, atraer talento con mayor nivel de preparación y explotar al máximo las circunstancias que les permite este nuevo contexto. De lo contrario, corren el riesgo de quedarse rezagadas del mercado”, aseveró el directivo de Drip Capital.

Lo que deben hacer las PyMEs

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Con base en las consideraciones anteriores, Drip Capital comparte tres recomendaciones clave para las PyME que desean ser competitivas baja el nuevo marco del T-MEC:

  1. Invertir en construir productos de mayor valor agregado con mayores márgenes de utilidad. Esto, a su vez, facilitará pagar mejores sueldos para trabajadores más capacitados y lograr la homologación de sueldos en la región.

  2. Mejorar procesos industriales y operaciones. Esto incluye invertir en automatización y procesos para ser más competitivas, eficientes y, en general, reducir costos.

  3. Ver el financiamiento como un eje de crecimiento. Mientras que el T-MEC exige estar preparado y realizar inversiones de capital (CAPEX), obtener el dinero necesario no solo es importante, sino una exigencia para crecer. Ante esto, las PyMEs deberán voltear hacia alternativas de financiamiento ágiles y con menor riesgo, como el factoraje.

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