T-MEC y la industria automotriz

La industria automotriz en México continúa ligada al Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

En el acuerdo, México accedió a las demandas de Estados Unidos las cuales implican grandes modificaciones a las normas para la manufactura automotriz en un esfuerzo por llevar la producción de regreso a territorio estadounidense.

El rumbo que tomaron las negociaciones limita la participación que México puede tener en la producción debido a los cambios en:

  • Regla de Origen: México paulatinamente incrementará la regla de origen de los autos híbridos, autónomos y eléctricos hasta que llegue a 75%.

  • Contenido regional de altos salarios: 40% de los componentes de un auto ligero y 45% en el caso de las camionetas pick up y los vehículos pesados, deberán ser producidos por empleados que trabajen en una zona de América del Norte y cuyo salario sea al menos 16 dólares por hora.

  • Contenido regional de acero y aluminio: 70% de las compras de aluminio de las armadoras deben ser de material que provenga de Estados Unidos, México y Canadá; respecto al acero, se definirá un porcentaje hasta que Canadá se reincorpore a las negociaciones.

Situación actual de la industria automotriz norteamericana

La renegociación del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica, conocido como T-MEC, hacia una postura más proteccionista ha sido una parte central de la política económica de Estados Unidos en los últimos años.

En las dos últimas décadas el TLCAN ha contribuido al aumento del comercio entre los países del bloque y muchas de sus empresas han cambiado sus procesos de fabricación para aprovechar al máximo las ventajas de producción que cada país tiene para ofrecer.

Particularmente, la industria automotriz tiene cadenas de suministro en los tres países y los automóviles comprados en los Estados Unidos incluyen piezas y mano de obra de México y Canadá también.

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¿Por qué son tan importantes las cadenas de suministro?

Cadena de suministro

En su tesis doctoral en Economía por la Universidad de Harvard Disentangling Global Value Chains, el mexicano Alfonso de Gortari hizo un estudio sobre las cadenas de producción globales, particularmente en la industria automotriz y enfocado a los países del T-MEC.

La integración de la producción de automóviles en los tres países es una de las cadenas de suministro internacionales más importantes de América del Norte y del mundo.

Dada la dependencia de autopartes y mano de obra de Canadá y México, las tensiones comerciales entre los tres países y la incertidumbre para la industria automotriz han aumentado significativamente en los últimos meses.

La investigación de Alfonso demuestra que la profundidad de los vínculos y el grado de integración de las cadenas de suministro en la producción de automóviles entre los países del bloque están gravemente subestimados.

Debido a ello, la imposición de medidas proteccionistas por parte de Estados Unidos en la renegociación del T-MEC podría causar una perturbación económica grave y tendría serias implicaciones para la renegociación pues se están subestimando los costos potenciales de la interrupción de las cadenas de suministro en la industria automotriz de los tres países.

La tesis presenta un nuevo modelo del marco de la cadena de valor global (GVC) en donde se toma en cuenta a los proveedores intermedios que producen insumos especializados los cuales son únicamente compatibles con usos posteriores específicos.

El enfoque actual de GVC asume que todos los productos dentro de una industria determinada utilizan los mismos insumos.

Por ejemplo, los datos de las empresas mexicanas muestran que las empresas manufactureras que exportan a Estados Unidos utilizan relativamente más insumos que cuando exportan a otros destinos. Así, la investigación de Alfonso reveló que el 27% de los $118 billones de dólares de productos de exportación mexicanos a Estados Unidos es de hecho valor agregado regresando a casa, es decir, regresando a Estados Unidos.

En contraste, el enfoque actual de GVC subestima este porcentaje con 17% ya que ignora el canal de entrada especializado. Esta diferencia entre el modelo actual de GVC y el modelo propuesto en la tesis de Alfonso, prueba que las implicaciones y costos potenciales de interrupción de cadena de suministro están siendo subestimados, lo cual tiene serias implicaciones para la renegociación en curso del T-MEC:

La importancia de la industria de vehículos motorizados

En los últimos cinco años, esta industria representa 7% del PIB de Estados Unidos y 3.8% en México y los socios del T-MEC desempeñan un papel esencial: 60% de los vehículos americanos son exportados a México y Canadá, mientras que 50% de las importaciones de vehículos en Estados Unidos provienen de México y Canadá.

La naturaleza de las cadenas de suministro globales implica que una gran parte de vehículos se envían de ida y vuelta entre los países del bloque antes de ser entregados a los consumidores finales.

En otras palabras, cuando los consumidores estadounidenses compran vehículos de México, estos tienden a ser fabricados por empresas que importan la mayoría de las partes de sus vehículos desde Estados Unidos.

Porcentajes de la cadena de suministro en la industria automotriz

Porcentajes de la cadena de suministro en la industria automotriz

Implicaciones de las políticas comerciales restrictivas

En un mundo sin cadenas de suministro internacionales, las restricciones comerciales simplemente disminuyen las exportaciones del país al cual se impone el arancel.

Pero ese no es el escenario real; en la actualidad los insumos intermedios representan más de dos tercios del comercio mundial, por lo cual los efectos negativos de las restricciones comerciales sobre los empleos se extienden a todos los países, incluido aquel que esté promoviendo las medidas proteccionistas.

Retos de la industria automotriz en el T-MEC

La estructura del comercio mundial ha cambiado radicalmente en los últimos años, en parte porque las cadenas de suministro internacionales difunden sus procesos de producción más allá de sus fronteras nacionales.

Esto es especialmente cierto en el caso de la producción de automóviles en América del Norte desde que el TLCAN entró en vigencia en 1994.

La investigación de Alfonso demuestra que los vínculos de las cadena de suministro entre los países del bloque son extremadamente importantes para evaluar los cambios en la política comercial internacional.

En particular, América del Norte parece estar mucho más integrada en términos de cadenas de suministro de lo que se está previendo. Esto implica que las medidas proteccionistas de Estados Unidos respecto al T-MEC más que beneficiar a su industria nacional pueden tener el efecto contrario.

En el corto plazo muchos empleos estadounidenses podrían perderse como resultado y, en el largo plazo, la destrucción de las cadenas de suministro internacionales de los tres países tendría un efecto perjudicial sobre la eficiencia y la competitividad de la industria automotriz estadounidense y su economía nacional, así como de México y Canadá.

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