Contexto del comercio exterior

La crisis del COVID-19 ha tenido un impacto certero en la economía global. Entre los datos que lo evidencian, Fitch Ratings redujo sus pronósticos sobre el PIB Mundial en 2020 en su último reporte: la contracción será de 4.6%, después de estimar una caída de 3.9% en abril.

Para México, las predicciones son aún más drásticas: el propio Banco de México (Banxico) advierte caídas del PIB de entre el -4.6% y hasta 8.8% en el peor escenario. Por su parte, BBVA calcula que la reducción de la economía en México podría ser de hasta -12%.

Mientras los países se esfuerzan en reactivar sus economías y definir “una nueva normalidad”, la pregunta constante suele ser cómo se verá el comercio global de ahora en adelante, considerando que las cadenas de suministros globales son así de complejas:

World Input-Output Database (WIOD)

Algunos expertos en economía predicen que en los siguientes meses, el comercio podría cambiar a un esquema más bilateral o regionalizado, que global. En contraste, otros analistas indican que, si bien habrá reajustes, incluso los bloques regionales seguirán teniendo retos y no necesariamente serán la nueva norma.

¿Cuáles son los argumentos de ambos puntos de vista?

Las apuestas por el auge del comercio en regiones

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En una entrevista con Expansión, Raúl Meyer, socio de Manufactura Avanzada y Movilidad en EY México, argumenta que los bloques regionales son una consecuencia del paro de actividades que empezó en China.

Aunado a la entrada en vigor del T-MEC, en Norteamérica esto representa una gran oportunidad para México, ya que con el enfoque en la región y las reglas de origen se abre la puerta hacia el sur del Río Bravo para empresas antes ubicadas en China que se alinearán con el nuevo tratado comercial.

La suma del tratado comercial y la reorganización de las cadenas de suministro implican que México podría ser un nuevo hub logístico en la región, además de un auge mayor en manufactura.

Esta postura atienda a un análisis del Economist Intelligence Unit (EIU) que asegura que la pandemia podría revertir la globalización y acelerar un movimiento hacia cadenas de suministro más regionales, sobre todo por la presión en sectores como el farmacéutico, agricultor y de energía enfrentaron debido a su dependencia de China.

En ese sentido, Mobius Capital Partners aseguró que desde abril ya diversas compañías están recortando sus cadenas de suministro pensado en zonas más cercanas a su base para aliviar el impacto del COVID-19. Por su parte, la Cámara de Comercio Británica ha revelado que en el Reino Unido diversas compañías han tomado la misma decisión.

Por qué continuará el enfoque global

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De acuerdo con un artículo del Foro Económico Mundial, el argumento más fuerte sobre la permanencia de las compras globales, es que, sobre todo después de una pandemia de esta escala, las cadenas de valor globales seguirán dependiendo en la eficiencia: obtener los recursos necesarios y enfocar su operación en el costo-beneficio (específicamente buscando costos bajos).

A pesar de que la disrupción ha sido grande y traído consecuencias significativas para la globalización a pesar de ser el factor del crecimiento económico en las últimas décadas, no necesariamente será su final.

La ruptura de las cadenas globales no es, necesariamente, el augurio de un cambio forzoso y exclusivo al enfoque regional, compañías como DHL argumentan que si bien desde antes se ve una fuerte tendencia hacia bloques regionales, tampoco significa que reemplazarán al enfoque global.

En esa línea, una columna de Harvard Business Review denota que incluso Europa, como la región mejor conectada del mundo, también enfrenta retos significativos durante la pandemia, por lo que que aún recortando las cadenas la capacidad de respuesta seguirá siendo complicada ante contingencias similares.

En pocas palabras, si bien se reforzará la regionalización del comercio, no será el fin de la globalización.

La lección

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El punto en común de diversos especialistas es que, sin importar que sea una postura bilateral, multilateral o plurilateral, la cooperación y la creación de oportunidades debe ser la norma en la transición hacia la recuperación económica y una nueva era de comercio global.

Una declaración conjunta de organismos de investigación de comercio hace hincapié en la necesidad de que la eliminación de barreras comerciales para evitar escasez en tiempos críticos y ayudar a la recuperación económica a través de un comercio libre y cadenas de suministros más abiertas enfocadas en la colaboración.

Esto coincide con otras voces relevantes en el comercio y política que como la canciller alemana Angela Merkel, que hace eco a recomendaciones del Banco Mundial, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Ecónomico (OCDE), la Organización Mundial del Comercio (OMC) y la Organización Mundial del Trabajo (OIT).

De acuerdo con Merkel, si bien desde antes de la pandemia había una inclinación hacia el proteccionismo, el desafío para responder a la profunda recesión global es "una acción común y coordinada" para evitar que nuevo impuestos o políticas unilateral frenen la recuperación tras la crisis del COVID-19.