Los retos financieros que ha implicado la pandemia del COVID-19 han obligado a las empresas a reaccionar rápido y definir estrategias para adaptarse. El distanciamiento para la prevención del contagio trajo consigo el trabajo a distancia (home office), nuevas maneras de distribuir y vender sus productos, incluyendo el e-commerce.

Sin embargo, conforme la cuarentena sigue y los ingresos se ven afectados por el paro de actividades, los problemas de liquidez y solvencia financiera aumentan, por lo que muchas organizaciones comienzan a buscar medidas más contundentes. La reducción de presupuestos y ahorro de costos son un frente, al que se suma la difícil decisión de dejar a los empleados de una empresa.

La situación durante la crisis

Una encuesta realizada por el Instituto de Investigaciones para el Desarrollo con Equidad de la Universidad Iberoamericana (EQUIDE) indica que, en la primera quincena de abril, entre 5.2 y 8.1 millones de personas reportaron haber perdido su empleo, ser descansadas de manera obligatoria o no poder salir a buscar trabajo debido a la contingencia sanitaria.

En cifras oficiales, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) reveló que, durante abril, se perdieron 555 mil 247 empleos formales debido a la crisis económica generada por la contingencia sanitaria del coronavirus (Covid-19).

Ante esto, organismos como el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) han alertado sobre el impacto que el desempleo podría traer la economía mexicana: se estima que para el segundo trimestre de 2020 el porcentaje de la población con un salario inferior al costo de la canasta básica aumentará de 37.3 al 45.8%.

El problema es también global: en Estados Unidos, la tasa de desempleo llegó a 14.7% —lo que se traduce en 20.5 millones de puestos de trabajo perdidos en abril—, su nivel más alto desde la Gran Depresión de los años treinta.

¿Qué implicación tiene esto para el sector empresarial y la economía?

En primera instancia, constituye uno de los tantos indicadores del estado de la economía y los mercados. Desde la semana pasada, las tasas de desempleo han sido uno de los factores determinantes del rendimiento de Wall Street y otras bolsas de valores, pues los inversionistas lo consideren un termómetro del rendimiento y reactivación de la economía.

El costo de la rotación de personal

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En cuanto a la estructura de las empresas, el recorte de personal es una medida de corto plazo que tiene la intención de reducir los costos inmediatos. Pero, al contrario, en el mediano y largo plazo, dejar ir parte de su equipo constituye una desventaja y costos mayores.

De hecho, estimaciones de The Work Institute aseguran que encontrar un reemplazo para tus empleados cuesta hasta 33% de su salario anual. Estos costos involucrados, entre otros, incluyen:

  • Reclutamiento. Postulación de vacantes y pago a agentes de reclutamiento.
  • Entrevistas. Costos de traslado, así como uso de tiempo y recursos.
  • Proceso de contratación y entrenamiento. Materiales y equipo de trabajo, además de inversión de tiempo para que se familiarice con la empresa y se capacite.

Cómo cuidar tus finanzas sin dejar ir a tu talento humano

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El dilema para las empresas es tener la capacidad de solventar sus obligaciones, pues, incluso si logran cerrar ventas y conservar clientes, los ingresos en medio de la crisis pueden ser menores.

Esto dificulta hacer frente a los plazos de crédito que solicitan sus compradores, una práctica común no solo en momentos de pandemia, sino un estándar en el comercio global.

La prioridad es mantener liquidez, es decir, la capacidad de contar con efectivo y solventar los gastos inmediatos, entre ellos su nómina, así como todas sus operaciones. Pero inyectar capital es difícil en un contexto la incertidumbre y aumentar la deuda puede ser un movimiento riesgoso.

Ante esto, un recurso útil es el financiamiento de cuentas por cobrar, un esquema que permite adelantar los pagos de sus ventas nacionales y hasta internacionales una vez realizado el envío, sumando capital de trabajo y ayudando a garantizar un acceso rápido a efectivo para solventar sus operaciones.

Los líderes y encargados de las áreas financieras pueden reforzar su estabilidad y enfrentar mejor la crisis al realizar un análisis profundo de sus indicadores financieros clave, de esta forma podrán ajustar sus estrategias, tener un manejo más eficiente de sus finanzas y evitar reducir sus equipos, lo que no solo significa costos ocultos para su negocio, sino una fuga de talento humano necesario para retomar el ritmo.